domingo, 15 de abril de 2018

¡Mamá, yo también voy ... a Doñana!



14 de Abril de 2018.

¿Quieres un buen plan para hacer con tus niños el próximo finde?. Visita Doñana.
La empresa Doñana Reservas realiza visitas guiadas en 4X4 por la zona norte del coto, recorriendo bosques y marismas en busca del lince ibérico. www.donanareservas.com

La visita en 4x4 comienza a las 17.00 horas para nosotros. Hay otro tour por la mañana, que da comienzo a las 8, pero teniendo en cuenta que estamos a dos horas de camino, nos decidimos por el turno de la tarde para no tener que madrugar en sábado.
Llegamos sobre mediodía, y aprovechamos para visitar la aldea del Rocío con la obligada visita a la Virgen. Tras pedirle, agradecerle y encender algunas velas, damos una vuelta por la aldea y recreamos la vista en la marisma. ¡Qué lugar tan mágico!






Con el paseo se no echa encima la hora de comer. ¿El mejor plan en la aldea para comer con niños? Para nosotros ¡¡hacer un picnic con vistas!! ... con vistas a las marismas.



Tras el  pequeño almuerzo, nos dirigimos al punto de encuentro, dentro de la misma aldea.
Una vez en el vehículo, una especie de bus todoterreno, la guía nos da una breve introducción, sobre lo que vamos a ver, y no nos asegura, claro está, que podamos ver al lince, pues esto no se trata de un zoológico, si no que los animales están en su hábitat natural y dependerá en parte de ellos y en parte del azar que podamos verlos o no.
La mejor época para visitar Doñana, es en primavera o en otoño tras las primeras lluvias, pues es, cuando la marisma tiene más agua y por tanto el paisaje es mucho más bonito. Tras las persistentes lluvias de las últimas semanas, nos encontramos con unas marismas plenas, y con unos bosques verdes y frondosos dignos de admiración.





La ruta comienza adentrándonos en la zona bosque. El contenido de la visita es toda una clase de ciencias naturales para los peques. Nos explica la guía, que no todas las especies de plantas y árboles son buenas para la conservación del parque natural, por ejemplo los pinos, por su alta capacidad para propagar el fuego, pues su madera arde con mucha facilidad y sus piñas se convierten en auténticos explosivos, o el eucalipto, por la cantidad de agua que es capaz de absorber en un solo día, hasta su propio peso, y hablamos de unos mil kilos por ejemplar. Con el fin de que no acaben con la reserva de agua del parque natural se talan, ya que tampoco aportan nada a la conservación medioambiental de la zona. Sin embargo sus troncos, una vez secos, se utilizan para proteger las madrigueras de los conejos que habitan Doñana y así ponerlos a salvo de depredadores.

Tras ver algunas plantas autóctonas como helechos o lentiscos, llegamos a la zona de marismas.
La guía divisa a lo lejos una tropa de ciervos y otra de flamencos que parecen convivir. Hacemos una parada y bajamos del bus para intentar verlos mejor con los prismáticos.





Dentro ya de la marisma, divisamos el autóctono caballo marismeño, que aunque pertenece a un ganadero, vive en completa libertad en este hermoso paraje, conviviendo con todo tipo de especies de aves, que la guía nos va nombrando según se cruzan a nuestro paso.









La visita culmina en el observatorio de aves Jose Antonio Vidal, que ofrece una fabulosas vistas de las marismas, además de una exposición y de  un audiovisual sobre la vida de las aves en el parque, las que viven todo el año y las que emigran en las estaciones frías.

Hasta este momento no hemos conseguido ver al lince. La guía nos pide colaboración, los 18 pares de ojos que van el bus tienen más posibilidades de verlo si van atentos que si son solo los suyos los que andan rastreando el terreno, de este modo también tiene distraídos a los niños, pues les advierte que en el recorrido de vuelta es más fácil verlos, pues es la hora es la que se disponen a buscar algo para la cena y salen de escondites y sitios de descanso. Pero no, no hemos tenido suerte, y el señor lince no ha querido cruzarse en nuestro camino, tan solo un pequeño ciervo que andaba ya degustando su menú.


En definitiva un poco más de cuatro horas en contacto con la naturaleza, aprendiendo y disfrutando de unos parajes únicos. ¡Una visita que no puedes dejar de hacer!

2 comentarios:

  1. Estupenda visita. En cuanto pase la romeria del Rocio, quiero ir.

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  2. Un sitio precioso, unico. Yo tambien quieto ir.

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